LEÍDA-30-09-2017 |
RENDICIÓN (PREMIO ALFAGUARA DE NOVELA 2017)
Han
pasado diez largos años desde que estalló la guerra, y el matrimonio sigue sin
conocer el paradero de sus hijos, sin saber si su país fue el agresor o el
agredido. Fuera cual fuese el origen de la contienda, él, hombre de campo, y
ella, su antigua patrona, siguen amándose y sus vidas transcurren sencilla y rutinariamente.
Un
día un muchacho mudo entra en su propiedad. Al principio lo encierran como a un
prisionero, pero acaban por tomarle cierto cariño y, cuando las autoridades
comunican que la zona debe ser evacuada y que tienen que poner rumbo a la
ciudad transparente, los tres parten juntos. En ese momento el muchacho es
bautizado como Julio.
Las
puertas de la metrópoli muestran una clara advertencia: el aire mece los
cuerpos sin vida de los traidores. En su interior, la ciudad transparente es
casi un paraíso que provee a sus habitantes de todo aquello que cualquiera
desearía en un hogar: armonía, limpieza y protección. Impera un orden riguroso,
una calma autoritaria y una absoluta transparencia: no están permitidos los
secretos ni las paredes.
En
una sociedad en la que lo privado es de dominio público, en un mundo feliz y
asfixiante que ataca pasivamente a la dignidad .