LEÍDA 18-04-2013 |
EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA
EDUARDO MENDOZA
Enredos,
chanchullos, malentendidos, Pepsi-Cola y bocatas de sardinas hacen de esta
novela una lectura súper divertida.
Buen
traje y buenos modales abren puertas principales.
Luego
salió un individuo que caminaba con la espalda arqueada hacia delante, el
cuello curvado hacia arriba, los ojos vueltos hacia abajo y la boca partida por
una sonrisa en la risotada
…nuestra
ciudad ha recibido un golpe terrible; el balcón del ayuntamiento ha sufrido
serios desperfectos. Y la pregunta que yo me hago es esta ¿A dónde me asomare
para ver si llueve?
El anónimo detective de El
misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura
del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos de crisis. Contra su
voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve
a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera
contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan
los servicios de seguridad del Estado. Años después de dejar el sanatorio
mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro
protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el
arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales
con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador
profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el
Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el
señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro. Eduardo Mendoza regresa
con una sátira genial, como las que sólo él sabe hacer. En ella la fábula crea
su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, y la de
la farsa convertida en apólogo moral. No se puede contar el libro sin una
sonrisa; pero es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la
Europa en quiebra técnica que habitamos no basta con el humor dinamitero e
inventivo: es preciso, además, el don de la lucidez.